Silencio (Cap. II)


Capítulo II

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Cumpliendo los quince años, Rose era infeliz. No tenía amigos tan sólo a Alexa pero no estaba allí, era molestada en la escuela y la salud de su tía empezó a deteriorarse debido a que se había contagiado de un extraño virus.

Cierto día, Rose ya no soportaba su vida. Sacó de la alacena unas píldoras, intentaba suicidarse. Cuando iba a tomarse las píldoras, una voz la detuvo: “Rose, Rose, ¿qué hace mi pequeña Rose?”, ella se detuvo y escuchó: “Rose, no cometas un grave error, pues, te tengo preparado algo en un futuro”. Era la voz de Dios, que la paró del suicidio. Así, comprendió y recordó las palabras que una vez su tía Hannah le dijo: “Dios se comunicará contigo cuando más lo necesites.”, era el momento adecuado en que Dios tenía que hablarle.

***

Un año después, su amiga Alexa vino de España con su padre, el Dr. Sugg, uno de los más reconocidos especialistas en el mundo. Resultaba que Alexa hablaba todo el tiempo de Rose y de su incapacidad de hablar y su padre estaba demasiado interesado en hacerle unos estudios ya que se había especializado en Inglaterra por los últimos siete años en ayudar a la gente con problemas similares y había realizado operaciones exitosas alrededor del mundo.

Rose tenía temor de que las cosas no funcionaran, porque no quería hacerse de falsas esperanzas. La noche anterior a la cita con el Dr. Sugg, se fue a su cuarto y con su tía Hannah hicieron un momento de silencio, uniendo sus almas para pedirle a Dios que le diera la oportunidad de hablar.


Al día siguiente, el Dr. Sugg la revisó y la programó para una cirugía. Rose, nerviosa pero a la vez emocionada, se presentó al hospital en compañía de Hannah y de Alexa. La operación duró tres horas.

Cuando Rose estaba bajo los efectos de la anestesia, escuchó la misma voz del día en que se quería quitar la vida y le decía: “Rose, Rose, no tengas miedo mi pequeña Rose. Yo guiaré la mano del cirujano y podrás hablar. Ten fé y recuerda que siempre estoy contigo, búscame en el silencio”…


Han pasado los años y Rose ahora canta y dirige el coro de su iglesia. Se especializó en terapia de lenguaje y ayuda a muchos niños como fue ella.

Y cuando más lo necesita, Rose habla con Dios en el silencio.


FIN 

Silencio (Cap. I)



Capítulo I

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Quince de enero de 1986.- En la madrugada de este día, nació una pequeña bebé a la que la llamaron Rose, “rosa” en inglés. La madre de esta bebé lamentablemente falleció en el parto, así que la pequeña Rose se quedó con su tía Hannah. Su padre, estaba en la cárcel, por cometer un gran fraude. Ésta bebé tuvo sólo un pequeñísimo problema: era muda. La vida de Rose iba a ser dura.

A los cinco años, aprendió a leer y escribir, lo cual era un éxito para Hannah, su tía, ya que ella se encargaba que Rose aprendiera igual que los niños “normales”. A la edad de ocho años, Rose ya estaba en la escuela. A ella le encantaba asistir a sus clases porque aprendía muchas nuevas cosas, lo cual era excitante.

En la escuela todos la querían y la apreciaban mucho. Rose estaba feliz con su vida, aunque no lo podía expresar con palabras, lo expresaba mediante dibujos o gestos cariñosos a sus seres queridos.
Rose era una niña muy dulce y simpática, de cabellos rubios y ojos como el mar, con piel blanca y pecas sobre sus mejillas rosadas.

Cuando pasó a cuarto grado, Hannah tuvo que cambiarla de escuela por falta de dinero, y la inscribió a una pública. Ahí, todo cambió para Rose. En su clase, habían unos niños muy groseros con ella, le decían: “¿Por qué no hablas? ¿Es porque te cortaron la lengua?” y se echaban a reír. Pero ella se contenía, lo soportaba y lo ignoraba, como Hannah le había aconsejado.

Así pasaron los años en la escuela y aquellos niños seguían molestándola hasta que un día ya no podía más. Su único consuelo era su “amiga por carta” llamada Alexa, que vivía en España y Rose siempre le contaba de sus penas y alegrías. Entonces, en todos los recesos, Rose se escondía para que no la molestaran. Su escondite era la biblioteca, en un rincón, ella se sentaba, comía su almuerzo y leía algún libro interesante. Ahí todo era paz y tranquilidad, no sentía la soledad. Rose convirtió su escondite a un lugar de paz en donde nadie la podía molestar. De vez en cuando las niñas la invitaban a comer con ellas, pero Rose les rechazaba cortésmente su invitación. Prefería leer un buen libro, tranquilamente.



Uno de tantos días, Rose encontró un libro llamado “Silencio”, le pareció interesante el título, así que lo empezó a leer. Se trataba de Dios, que en todas partes lo podemos encontrar, hasta en el silencio. Y Rose leyó en su mente: “Cuando estamos en silencio, podemos escuchar la voz de Dios…”, cerró el libro, pues quería probar eso. Por unos minutos, quedó en silencio, pero no escuchó nada. Rose estaba algo confundida: ¿por qué no escuché la voz de Dios?

Rose seguía intentando escuchar a Dios por varias semanas, hasta que le preguntó a su tía Hannah, escribiéndolo en un trozo de papel. Hannah, al ver el escrito, dijo: “Oh, Rose. Dios no te dirá algo cuando estés en silencio así porque sí”. Rose todavía no comprendía bien, así que Hannah le explicó: “Dios se comunicará contigo cuando más lo necesites.”, dicho esto, Rose quedó confundida.

Silencio

Género:
Drama.

Argumento:
Al nacer muda y perdiendo a su madre en el parto, la vida de Rose no será nada fácil. Su tía, Hannah la ayuda a que aprenda como cualquier otro niño de su edad. Pero a la edad de once años, es molestada por alumnos de su escuela, entonces, se refugia en los libros de la biblioteca. Una vez que encuentra un libro llamado "Silencio", decide querer escuchar a Dios pero no lo consigue. La vida de Rose empieza a ser muy dura y es ahí en que necesita escuchar la voz de Dios en el silencio.

La historia es corta, pero muy conmovedora. 

SILENCIO